Con esto de hacerse mayor, uno se empieza a plantear muchas cosas, entre ellas el tema de la salud.
Siempre he hecho deporte: he nadado todos los días cuando formaba parte del equipo de natación de un club, he jugado al baloncesto, al volleyball, incluso al fútbol (siendo muy malo) cuando estaba en el instituto, y en cuanto me puse a trabajar, se acabó todo. Seguí comiendo como lo hacía cuando no paraba quieto y en poco tiempo los kilos de más llegaron. Y nunca se fueron del todo.
Mi forma física, independientemente del peso, no estaba mal. Era capaz de andar bastante, y subir escaleras no me costaba. Pero, de repente, lo de las escaleras ya no fue así. Si las subía un poco más rápido de lo normal, llegaba arriba como si hubiese corrido una maratón. Y aquí es cuando empezaron a saltar las alarmas.
El hecho de trabajar en el COI añade más presión al asunto, ya que parece un poco ilógico trabajar en este entorno y no poder ni subir unas escaleras sin agotarse. No digo correr la media maratón de Lausanne, pero al menos poder echar una carrerita sin echar los higadillos.
Así que aprovechando que aquí el ciclismo se lleva y que el entorno para hacer deporte es bueno, me he comprado una bici. Pero no una bici cualquiera, no, una bici con asistencia eléctrica para ir al trabajo sin llegar muerto.
Reconozco que habiendo hecho algo de bici (con una bici de montaña) y que en su día llegue a esta bastante en forma haciendo salidas de 40 kilómetros en un día sin llegar a notar el esfuerzo al día siguiente, el hecho de ir ahora con una bici eléctrica me ha costado. Pero he decidido enfocar lo como un medio de transporte que me permitirá hacer algo de deporte y que a la larga me reportará salud, que es al final lo que busco.
No quiero vivir eternamente, a no ser que la gente a la que quiero también lo haga (me viene a la cabeza la película de los Inmortales, y eso no es vivir). Lo que me gustaría es no perderme cosas importantes de mi familia porque yo esté enfermo ni tampoco hacer que estén preocupados por mi salud y que eso les impida disfrutar de las cosas buenas de la vida. Quiero poder ver como Carla crece, se desarrolla como persona, hace su vida y estar con ella para apoyarla. Quiero poder estar con Olga mucho tiempo y que cuando llegue el momento de jubilarnos podamos viajar y disfrutar de la vida sin obligaciones laborales ni horarios. Igual pido mucho e igual no todo depende de mí, pero desde luego quiero hacer todo lo que esté en mi mano.
Como decía al principio, me hago mayor y hay cosas que se ven desde otro ángulo.
2 ideas sobre “Hora de hacer deporte”
Qué bonito! Te queremos mucho!
Pues vamos a disfrutar ahora que somos jóvenes, que la vida es más corta de lo que parece!
Hay que vivir cada día como si fuese el último de nuestra vida!
Así que, vístete que nos vamos a dar una vuelta al lago 🙂